Donde existe bullying, hay dos protagonistas principales: el bully o acosador y la víctima. Sin embargo, en la terrible película del acoso escolar, hay un tercer elemento...
Hablamos del alumno que observa, aquel que es testigo de cómo se acosa a un compañero.
Según su grado de implicación, el alumno observador puede ser:
- Activo: Ayuda al agresor. Se pone de su parte porque, así, se siente más fuerte. Cree que ponerse al lado de la víctima haría que los demás lo viesen como alguien débil. Se caracteriza en que:
- Ve las agresiones como algo divertido.
- No protesta ante el acoso, considera que protestar no ayuda en nada.
- Prefiere callar, pues teme que el acosador se ponga en su contra.
- Al no acosar directamente a la víctima, no consideran que lastimen a nadie.
- Pasivo: Observa el acoso, sonriendo, asintiendo,... De esta forma, refuerza el acoso.
- Prosocial: Ayuda a la víctima.
- Espectador puro: Observa el acoso, sin hacer nada. Quizá, para pertenecer al grupo o para evitar ser la siguiente víctima.
Al igual que se debe intervenir con víctimas y acosadores, no debemos pasar por alto a los espectadores; si no frenamos esta actitud, nos encontraremos con personas egoístas, insensibles ante injusticias, incapaces de mostrar empatía hacia el dolor ajeno e incapaces de pedir ayuda cuando ellos mismos la necesiten.
La persona que observa, como bien dices, puede tomar diversas posiciones.
ResponderEliminarSi es una compañera de la misma edad y no le gusta lo que está viendo, puede hacer dos cosas: o actuar directamente o transmitir su preocupación a las personas adultas; en el caso del colegio, al profesorado. También puede decirlo en casa para que la madre o padre informen en el colegio (algo que también suelen temer, por si los/las acusan de chivatos/as).
Si actúa directamente puede hacerlo o con violencia o con ánimo de diálogo. En el primer caso no solucionará gran cosa, sino que quizás se convertirá en lider de otro grupo o, si no le va ese aire, recibirá reprimendas de adultos, además de posibles amenazas también de compañeros/as. En el caso de que intente dialogar o proteger, será fácil que sea centro de burlas.
Con esto quiero llegar a que niños y niñas por sí solos no suelen tener los recursos suficientes para ayudar y para ayudarse, de manera que no arrastren toda su vida secuelas sobre los maltratos.
¿Quiénes deberían ser buenos/as observadores y actuar al mismo tiempo? Profesorado y padres y madres (ojo, que no estoy dejando sobre ellos y ellas toda la responsabilidad causal, en absoluto).
¿Son siempre activas estas personas para que todo esto no suceda o para minimizarlo? En el caso de profesorado, hay de todo. Es triste ver que en muchas ocasiones algunos/as profesores/as no dan importancia a ciertos asuntos e incluso son cómplices.
Padres y madres, por su parte, muchas veces reaccionan con pasotismo o con más agresividad que sus hijos/as. No todas, evidentemente.
En fin, aquí un trocito de pensamientos desde mi propia experiencia.
saludos
Imara, yo achaco la culpa de todo el acoso y derribo que sufrió mi hijo durante años a una profesora. Ella siempre tiende a estar depresiva (con ello la excusan), pero siempre fue cruel con el niño.
ResponderEliminarSí, la culpa es muchas veces de los padres pasivos o de los profesores, porque profesionales son la gran mayoría... Pero gente mala hay en todas las profesiones.
Incluso en educación.
Gracias por tu interesantísimo aporte: me ha gustado mucho!!!